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Estamos
caminando en círculos, María.
Es domingo y
despierto
arrasada,
nada queda
de la ciudad
desértica
donde me
invocabas.
Conjuro los
nombres,
el lugar
donde me dejo
caer cuando
no tengo de dónde
sostenerme.
Cómo
desaparecer completamente.
Cortamos el
último hilo
que nos unía
como un mapa
extraviado,
dos puntos invisibles
llamándose
al encuentro.
Se dicen las
palabras del amor y nunca
las del
final.
El final es
siempre
silencioso.
«Los nombres del padre»
2016, editorial Buenos Aires Poetry
María Magdalena
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